“El trabajo es infinito; el tiempo finito”, sentencia Jim Collins “Al aceptar ese enunciado, uno toma consciencia de que no debe organizar su trabajo, sino su tiempo”.

La Pauta consiste en invertir el 50 por ciento del tiempo en actividad intelectual creativa, 30 por ciento del tiempo en enseñanzas, y el restante 20 por ciento en tareas cotidianas ineludibles.

Para asegurarse de cumplir con la norma, Collins lleva registro de todos sus movimientos en una planilla de cálculo.